Ni la gran maquinaria publicitaria y de marketing que siempre la rodea ha conseguido salvar su último álbum del fracaso.
En su antiguo sello discográfico, Warner Music (que astutamente acaba de publicar un box setque reúne sus anteriores discos), deben de estar meándose de la risa: el nuevo álbum deMadonna se desploma en las listas de ventas.
Si hace unos días se anunciaba a bombo y platillo que MDNA había conseguido el Nº1 en Estados Unidos y Gran Bretaña, esta semana se impone la cruda realidad y no parece que el disco se convierta en uno de los más vendidos de la carrera de la rubia de bote. MDNA ha protagonizado la mayor caída de ventas de la historia en su segunda semana en las tiendas.
Aunque en sus primeros siete días se vendió, sólo en EE.UU., la nada desdeñable cantidad de 359.000 unidades, en esta última semana apenas se han despachado 46.000, lo que supone un descenso del 88%.
Además, la cifra de ventas conseguida por MDNA ha causado una cierta controversia, ya que muchos seguidores de Madonna lo compraron para hacerse con las entradas de su próxima gira con la promotora Live Nation. Según la revista Billboard, sólo 185.000 copias fueron empaquetadas con entradas, lo que supone que apenas 174.000 lo compraron por las canciones que contiene, que no son precisamente las más inspiradas que ha hecho Madonna.
Este descenso en las ventas supone que, esta semana, Madonna perderá el Nº1 en Estados Unidos. La pregunta es: ¿cuánto descenderá? En el Reino Unido el álbum bajó, en su segunda semana, del número uno al número siete y las perspectivas no son nada halagüeñas.
Con los singles la cosa es aún peor. El primero que se extrajo de MDNA, Give All Your Luvin’, apenas llegó al puesto 10 en EE.UU. y a la semana siguiente (la tercera en lista) ya estaba por debajo del Top 30. Ni siquiera su muy publicitado estreno en la Super Bowl lo salvó del desastre. En Inglaterra, un feudo que siempre ha sido fiel a Madonna, no pasó del puesto 37. El segundo, Girl Gone Wild, no ha entrado en las listas de los más vendidos en Estados Unidos y Gran Bretaña.
MDNA está distribuido en todo el mundo por la multinacional Universal tras llegar a un acuerdo con Live Nation. En 2007, la promotora de conciertos le pagó a Madonna 120 millones de dólares por un contrato de diez años que incluye tres álbumes y la explotación de la marca Madonna y de sus futuras giras. Por aquel entonces, un informe realizado por el Bank of America para Warner Music indicaba que el mayor riesgo para una discográfica “sería pagar de más a una artista que no parece generar los ingresos esperados para sostener ese contrato”. El informe también destacaba que Madonna tendrá casi 60 años en el último año del acuerdo, algo “fantástico” para ella pero que “no tiene sentido económico” para Live Nation.
Hace sólo unos años, Madonna pedía ocho millones de dólares por álbum, ahora se rumorea que Universal sólo le ha dado uno por el mediocre MDNA. Sin un éxito en las listas de ventas, ¿podrá subsistir la carrera de Madonna? ¿Será despedida por Universal? Es verdad que aún le quedan las giras, pero ¿hasta cuándo podrá seguir llenando los estadios y siendo una artista rentable para Live Nation con un espectáculo que, presuponemos, será cada vez más caro y más un circo de fuegos artificiales que un concierto para seguir atrayendo al público? Porque lo que está claro es que aquí lo que menos importa es la música, las buenas canciones. Esto es un negocio y Madonna lo sabe muy bien cuándo utiliza cualquier recurso polémico (vídeos, declaraciones, desnudos, playbacks en sus giras, sexys fotografías promocionales retocadas por el maquillaje informático del photoshop, etc.) para acaparar titulares o desviar la atención de lo que debería ser verdaderamente importante: la calidad artística.
Habrá que esperar al futuro inmediato para ver qué pasa, pero lo cierto es que Madonna ya no es, ni de lejos, la artista que más discos vende (Adele también debe de estar riéndose a carcajadas) y difícilmente llegará al nivel de sus ya lejanos años de gloria, cuándo no tenía que competir con otras cantantes más jóvenes y más estúpidas (Rihanna, Katy Perry, Lady Gaga) y que ahora ocupan el corazón del voluble público adolescente.
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