Luis Abraham Ortega estudió filosofía en la UNAM, pero un día se involucró con un movimiento político que buscaba un renacimiento total, incluidas las artes, por lo que comenzó a estudiar música con un maestro.
El tenor se dio a la tarea de difundir la potencia de su voz en la calle hace cinco años, y desde hace dos se ubica en las inmediaciones del palacio de mármol, luego que se enfrentara a, lo que él llamó “la mafia de botargas” en el centro, de donde tuvo que escapar.
“Yo tengo una misión que es hacer que la gente se acerque a estas bellas artes, y las haga parte de su cultura, yo empecé sin poner nada, la gente empezaba a darme dinero, puse un bote, pero no quiero tener ese tipo de relación con la gente, lo que hice fue hacer un letrero donde les agradecía ser parte de la belleza”, relata el tenor.
Luis Abraham llega al punto en que va a cantar y coloca su repertorio en un atril; toma un trago de agua y da inicio al concierto de piezas clásicas, sin importar el idioma, lo mismo interpreta en italiano que en francés.
Así detiene la marcha de los paseantes, que observan impactados al tenor ; algunos le dan dinero, otros le aplauden, hay quien se acerca a platicar.
“La ópera es de las obras más completas que hay, porque implica utilizar todos los recursos del arte para poder comunicar una idea. Me gusta cuando puedo hacer un diálogo de ideas con ellos, mover sus pasiones”, afirma.
Se dice admirador de Plácido Domingo y aunque a veces se complica una nota alta, el tenor de Bellas Artes, dice, que seguirá los fines de semana con la difusión de su mensaje a través del canto de la ópera.
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