sábado, 7 de septiembre de 2013

Algo que el teatro debería solucionar (Editorial)


por Antoni


Me parece interesante el tema de las puestas en escena y escenografías modernas pues muchas de ellas son extrañas y difíciles de entender y no tienen relación alguna con el argumento de la ópera para la que se han hecho. Es cierto que algunas óperas tienen un mensaje que se puede extrapolar a situaciones diferentes a las que propone el libreto, pero tampoco hay que propasarse. Hay dos ejemplos que me parecen interesantes: un acierto y un terrible error. Creo que la puesta en escena para el Pelléas et Mélisande de Debussy que hizo Robert Wilson y que se representó en el Teatro Real de Madrid, en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona y en otros teatros europeos fue un gran acierto. Pues refleja a la perfección el carácter etéreo de la música de Debussy. Se adhiere de forma magistral a la sensación de estar dentro de un sueño que produce la música de esta ópera. En cambio el Tannhäuser que se representó hace poco en Múnich sobrepasaba los límites. Fue retirada por escandalosa al estar ambientada en la época del nazismo, pero esa no fue la razón principal, pues hace unos años se ambientó La Juïve de Halévy en la época nazi y tampoco fue para tanto. Pero en este Tannhäuser, durante la obertura en el escenario había unas “cajas” enormes de cristal en las que entraba gente desnuda, que previamente había tirado unos pijamas de rayas al suelo. Entonces las cajas se llenaban de humo y la gente caía al suelo. ¡Pero qué barbaridad! Esa escena tira el buen gusto al suelo y lo pisotea sin parar. El público salió escandalizado y lógicamente se retiró la ópera inmediatamente. Pero lo más increíble es que el teatro de ópera de Múnich pagó una cantidad indecente de dinero por esa escenografía. Lo mismo que hizo el Teatro Real para el San François d’Assisse de Messiaen. ¿Por qué hace falta tanto dinero para una puesta en escena violenta y que nada tiene que ver con la ópera para la que se hecho? En el siglo XIX las puestas en escena eran mucho más ostentosas y espectaculares y no llegaban a costar ni la mitad de dinero que las de ahora. Sin ir más lejos en el Liceo de Barcelona tienen una puesta en escena para Aída de Verdi, la puesta en escena más monumental que tiene el Liceo, hecha por Mestres Cabanes y que es más barata que cualquiera de las otras óperas que se han representado en ese mismo teatro desde su reapertura en 1999.
Otro asunto que es para indignarse es el tema del abono. En este punto me centro en el Liceo Barcelonés pues no conozco el sistema de abonos del Teatro Real. Por ejemplo en el Liceo el abono de temporada suele incluir seis óperas, un recital y un espectáculo de danza o cómo es el caso de esta temporada  2013 – 14 uno de los conciertos de fragmentos de óperas de Verdi. Yo no me compro el abono porque creo que el precio es excesivo si luego no voy a ir al espectáculo de danza y a alguna de las óperas, porque siempre la combinación de óperas es extraña. En el abono hay un Mozart y luego una de Ligeti, ¡pero qué incongruencia! ¡Si te gusta la de Mozart, cómo te va a gustar la de Ligeti! El Metropolitan de Nueva York ha solucionado este problema. Este año en el Met, tú te puedes montar tu abono, con las óperas que te interesen. Así disfrutas mucho más del abono.

2 comentarios:

  1. Es una lástima lo que le pasa al teatro actual (no sólo a la ópera). Gente sin ninguna pizca de talento propio que destruyen las obras de otros que no se pueden defender (léase Verdi, Shakespeare, Wagner, Calderón...) para ganar fama y dinero.

    Dos importantes directores de ópera (Marek Janowski y el finado Sir Charles Mackerras) afirmaron, en sendas entrevistas, no dirigir óperas en teatro porque no soportan las puestas en escena. Gente como Hermann Prey o Teresa Berganza braman contra ellas.

    Hace un tiempo, el insigne tenor Alejandro Roy (mucho más conocido en Italia que en España) me dijo que en cierta ocasión, no recuerdo ópera ni teatro (creo que fue en Bilbao, pero no lo podría asegurar), los cantantes (él entre ellos) tuvieron que explicarle el argumento de la obra al escenógrafo, que ni siquiera se había molestado en leerse el libreto.

    Cuando hace unos años estudié una asignatura llamada Teatro Musical, nos pidieron al final que expusiésemos nuestras conclusiones. La mía fue "Cuanta más ópera veo, más me gusta el Lied".

    Saludos.

    Hans

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  2. Concuerdo plenamente con lo a pones en tu articulo.Vivo en Munich pero hace rato q ya no voy a la opera por eso.El Tannhäuser del q escribes por suerte no fue aqui sino en Dortmund.Fue tan impresionate q hubo gente del publico q se desmayo durante la funcion,fue por eso q la suprimieron y luego hasta hubo comentarios q suprimirla atentaba contra la libre interpretacion y los derechos democraticos,vaya estupides.
    Algo similar es el Tannhäuser q se dio este anio en Bayreuth,creo q no hay nada de mas mal gusto q ese,quisiera saber q tiene q ver una fabrica de resiclage biologico con la leyenda medieval.Yo tuve la gran desgracia de tener q aguantarme el Lohengrin de los ratones.No se puede describir mi desilucion despues de esperar tantos anios para conseguir una entrada para los festivales y luego tener q soportar tanta estupides y banalidad.Saludos

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